viernes, abril 28, 2006

Trenes que pasan

Tengo la sensación de vivir entre dos estaciones. Veo pasar los trenes pero están fuera de mi alcance. No puedo subirme en marcha.

Sin embargo, de vez en cuando descubro que me estoy moviendo hacia mi objetivo, hacia una de las estaciones. Pero cuando estoy a punto de llegar, el miedo a conseguir lo que busco, lo que quiero, lo que necesito, me paraliza. Así que el tren pasa y sigue su camino, sin mí. Y yo me quedo mirándolo como una idiota, sabiéndome perdedora, una vez más.

No sé. A veces pienso que es más productivo vivir de espaldas a la vía. Una no se acostumbra a perder siempre.

4 Comments:

Blogger tuanonimo (C) said...

Es una metáfora sorprendentemente buena.

Explicación física del fenómeno.- La persona que realiza la observación constituye un sistema referencial en sí misma que, además, no es consciente siempre del hecho de que se está moviendo. Si lo hace a velocidad constante no tendrá la sensación de moverse. Sólo advertirá que se mueve cuando acelera o decelera (también en los cambios de dirección ya que por definición la velocidad angular implica aceleración/deceleración).

El hecho inverso lo habremos observado mil veces: estás sentada en un tren parado en la estación y llega otro que se para al lado y reanuda la marcha antes que el nuestro (injusticia donde las haya), el caso es que por un instante puedes llegar a dudar de si es el otro tren que se ha puesto en marcha o es el tuyo. ¿Y por qué lo adviertes tras ese instante de desconcierto? Por dos hechos: (1) la ayuda de una referencia externa (la estación) y (2) la discordancia entre la aceleración del tren que parte y la ausencia de fuerzas de inercia sobre tu cuerpo. En otras palabras, si un tren parado A se cruza con otro B que se mueve a una velocidad constante, la pasajera de A no podría saber sin ayuda de una referencia externa si su tren está parado o en movimiento.

Aplicación a tu caso.- En la vida corremos el riesgo de creemos que nos movemos cuando en realidad estamos parados y viceversa (mira cuanto tiempo se creyó que la Tierra estaba parada). Lo aconsejable es tomar referencias fijas (sistemas de referencia no inerciales) y una vez determinado el movimiento de nuestro tren con toda la objetividad de la que somos capaces, mirar a babor y estribor para ver si hay convoyes que se mueven en dirección y sentido no discrepantes y a velocidades similares a la nuestra de manera que se pueda cruzar (con riesgo aceptable) de uno a otro tren. Si los trasvases funcionan se puede estudiar lo de enganchar locomotoras y vagones. Lo malo en tu caso es que no te vale con mirar a las estrellas porque eres una. Largo discurso para explicar de manera horrible lo que tú escribiste de una forma tan bonita. Otro día hablamos de relatividad y por qué el reloj del semoviente A y el del semoviente B a veces discrepan, pero mejor con aviones :*

12:59 p. m.  
Blogger tuanonimo (C) said...

En mi vicio por hacer reflexiones contradictorias añadiré otra (ya ves, me levanto para trabajar o al menos salir a correr temprano y tu blog me engancha, tal es su grado de adicción). ¿Podemos acaso vivir de espaldas a todas las vías o cuando uno se pone de espaldas a una vía está de forma automática frente a otra? Alternativamente, si esto fuera posible, ¿podría uno estar en realidad de espaldas a las vías pero creer que está de frente porque la ve a través de un espejo? Quizás me dejo de heroicidades dominicales y me vuelvo a la cama ;o)

8:10 a. m.  
Blogger Unknown said...

Estas aqui :O que bien.... espera que ahora leo el blog ....

8:44 p. m.  
Blogger tuanonimo (C) said...

Sor-Gintxu, a ver si nos lo curramos más, que nos pones los dientes largos con un post y luego desertas dejando atrás a tus millones de lectores esperando en vano signos de tu regreso...

9:51 a. m.  

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